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domingo, 14 de julio de 2019

Vi Titanic

Y no me emocionó.

Hacía años que no la veía. Y no digo con orgullo que no me emocionó. Sino que estoy exponiendo lo que creo que son mis causas al respecto.

La pelicula y su argumento es clasico. Y bien conocido hasta por quienes dicen no haberla visto. Una vieja cuenta una historia y esa vieja vuelve a ser joven. Cuenta. Una chica adinerada se enamora de un joven pobre. Y viven una hostoria de amor en un barco a punto de hundirse. La historia veridica es esa: el hundimiento del barco. La imaginación de Cameron, la historia de amor contada por una sobreviviente en la desesperación. Cameron es Dios. Y el hundimiento del barco, provocado por la naturaleza, es a causa del hombre y sus actos. La naturaleza en caso de que fuera Dios, estaría corrompida por las acciones de Lucifer, que vaga con nosotros por la tierra. 

Apesta a juventud titanic, y a revivir un pasado que se aleja y se perderá, a menos que aparezca Cameron para filmarte la pelicula. Seria tan divertido, ¿No? Que todos aparecieramos en las pelis.

Voy al punto, luego de atravesar la pelicula, sentimos cariño por la historia y por los personajes que la adornaron. Entonces el final, el final final, cuando la vieja entra en una especie de sueño eterno. Y reconstruye el barco todo despedazado. Entra en una puerta. Y milagro, allí están todos. Los malos, los buenos. Y allá, Jack. The end.

Esa parte me partía el corazón. 

La musiquita. Las miradas. Todos contontos. Será porque ahora esquivo gente, y me vuelto un hijo de que no quiere ni se soporta ni a si mismo. Sera porque todo pende de un hilo y usco perder la referencia. 

Que no haya nadie que interfiera. Que no esten alli todos los que formamos parte del barco. Molestando. Es un embole y una falasia. Una mentira. Mostrarse. Para qué tanto. 

Que no se hagan los buenitos. Porque cuando un barco se ha hunde, hasta las ratas vuelan.

Pd: na mentira. Lloré como un hdp.

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