Seguidores de Cutruli

sábado, 20 de octubre de 2018

Desde una Ventana

"La vida se mira con mucho más éxito desde una ventana sola, después de todo."
F.Scott Fitzgerald




Eran dos pacientes psiquiátricos en el manicomio de El Tropezón.

-Por qué no me hacés aunque sea una pajita, "ventana"- le dijo su compañero de cuarto.
Y ella, que en sus ratos libres, los más, pintaba cuadros muy parecidos a los del pintor Edward Hopper, y leía novelas norteamericanas de la década del 20, hubo de recordar el dia en que se hizo su primera "pajita". Si. En el hotel de San Clemente. Allí se la había hecho, pero le había resultado extraño, no le había salido eso que le había dicho su primo que debía salirle, eso que le llamaban guasca... Aun recordaba cómo, cuando, y donde se lo había dicho.

Estaban en la quinta de un tio. Los otros tios, se habían puesto recontra en pedo. Habían comido. Chupado. Y los chicos y chicas se habían metido a la pileta, jugado al futbol. Y vueltos a meter a la pileta despues del futbol. Y se quedaron sin hacer nada hasta que empezó a oscurecer.

Cuando oscureció del todo. Cuando la noche se cerró. Todos los primos, se pusieron a jugar a las escondidas. Inclusive las primas, que se escondían juntas, para sentirse mas seguras. A excepción de ella, que le gustaba la soledad...Pues si... Ella se escondió sola. Y al rato, alguien apareció. Uno de sus primos, el que mas le gustaba, por ser mucho más grande que élla, se le arrimó. Comenzó a acariciarla. Ella cedió. Y ahí fue cuando él le bajó sus pantaloncitos y le metió esa cosa, que a ella le pareció una banana. Al principio le dolió mucho. Pero su primo la calmó diciendole que no la iba a lastimar. Por la cola hay que hacerlo despacito, le dijo. Y comenzó a darle. Murra. Fue hacia atrás y hacia adelante, metiendo y pujando, cada vez más, hasta que sacó su cosa toda mojada. Ya cansado. Es guasca, le dijo. Y le dijo que ahora le tocaba a ella metersela. Pero la de ella era muy chiquita, según su primo, y por eso, a pesar de haber hecho el gesto, nada de guasca le salió.

Tuvieron dos o tres encuentros parecidos. Siempre en la oscuridad. Cuando jugaron un juego que le llamaron el cuarto oscuro. Se encerraban todos y uno tenía que buscarlos. Ahi hicieron la travesura y era su primo el que se la metía. Objetando que ella tenía que crecer más para poder hacer lo mismo. Arremetía duro. Y ella comenzó a sentir eso que le entraba con gusto. Otra vez, y otra vez, cada vez que los tios se reunían, lo volvian a hacer. La ultima fue cuando en el cumpleaños de la abuela, mientras concinaban en el fondo, ellos se alejaron de todos para el lado del lavadero y su primo le bajó los pantalones y se la volvió a ensartar. Siempre por detrás. Era bravo ya de chiquito el primo. A tal punto que sus noviecitas, años despues, lo apodaron el "colero".

Al tiempo dejaron de verse...

El primo creció, y tuvo que buscar laburo, ella tambien creció y bastante. Se cortó el pelo y comenzó a vestirse como se vestían los chicos de su clase. Se volvió mas solitaria. Fue ahí, en esos años, cuando empezó a sentir cosas por una de sus mejores amigas, una tal Betty, pero cuando se lo dijo esta salió de raje. Entonces comenzó a hacer lo mismo que había hecho con su primo, con otros primos más chicos. Pero estaba vez por otro lado. Sus primitos la adoraban y la adoraron. Por mucho tiempo.

-Pajero, paja te hiciste vos el otro dia pensando en las enfermeras, pajero -le contestó ella.
-Que flasheás, ventana, yo no me pajié nada.
-Ah no, cierto que te gustan que los enfermeros te vengan a hacer la pajita.
-Me gustas vos ventana, pero no me das pelota, sabés que, andá a la mierda, vos y tus cuadros, ves que sos como todas las ventanas, ventana. El mundo está lleno de ventanas.
-Cierto que el otro dia te pajeaste pensando en uno de mis cuadros.
-Tus cuadros son una mierda, ventana, como los cigarrillos que fumas.
-¿Y en mis libros también?
-No sé de que hablás ventana.


"No sé por qué nos pasa esto a los chicos y a las chicas. Esto de tener que sacar guasca. Debe ser algo natural. Pero mas natural sería con chicas. Aunque no creo que eso les guste a mis tios. Que les metamos nuestras cosas a nuestras primas. Mejor entre primos. Asi nadie jode a nadie".

Escribió en un diario que llevaba, hasta que su padre lo descubrió y lo leyó y se enojó, y le dió una buena paliza hasta que decidió llevarla al hospital.

Alli continúa encerrada y pinta cuadros y a veces viene algun curador para llevar sus cuadros a alguna muestra, que acompaña con pequeñas descripciones poeticas de ella. En las que menciona a diestra y siniestra el agobio de tener un compañero de pieza, algo excéntrico, que se la pasa hablando de ventanas, por tener una historia muy larga y muy complicada, que se podría resumir diciendo que está encerrado por espiar mujeres por la ventana. A tal punto que le dice a todo el mundo ventana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario